lunes, 1 de agosto de 2011

Mi amoroso

Caminando calle abajo me encontré con un viejo amante, lo vi kilómetros atrás y una sonrisa no tardó en aparecer. Me alegró el verlo, el sentir que la piel se me erizaba por las caricias que estaba a punto de recibir. Él corría desde el otro extremo de la ciudad, presuroso. Se detuvo dos pasos antes de llegar y desapareció como buen fantasma que la lluvia me hizo recordar...

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